viernes, 8 de junio de 2007

Man Ray: “La búsqueda de la libertad y el placer; eso ocupa todo mi arte”

Man Ray, 1934


Nacido en 1890 con el nombre de Emmanuel Radnitzky, este hombre de origen judío ruso se instala en la publicidad neoyorquina de comienzos del siglo XX. Por esos años asiste a la National Academy of Design, donde establece sus primeros contactos con la vanguardia neoyorquina junto a sus visitas a la galería de Alfred Stieglitz. El primer cuadro cubista de Man Ray es un retrato de este último y célebre fotógrafo.

Su primera exposición individual tiene lugar en la Daniel Gallery de Nueva York en 1915. Con Duchamp participa en experimentos fotográficos y en publicación del número único de “New York Dadá”.

En los próximos años comienza a trabajar con aerógrafos (instrumento que emplea aire a presión para dispersar un pigmento en partículas muy finas) sobre papel fotográfico. En 1920 funda con Marcel Duchamp la Société Anonyme, compañía a partir de la cual gestionan toda manifestación de vanguardia que se les cruce por delante: películas, conferencias, instalaciones, publicaciones y exposiciones.

Dos años después es arrastrado por Duchamp a París, donde permanecería casi el resto de su vida. En 1921 comienza a trabajar en sus primeras obras experimentales: los Rayographs, imágenes fotográficas obtenidas sólo con objetos expuestos a papel fotosensible, o sea, sin cámara. Este trabajo representa uno de los aportes más importantes a la vanguardia fotográfica del siglo XX.

También se dedica al retrato de figuras importantes de la cultura y el espectáculo, edificandose como un pilar importante en su obra. Entre ellos se encuentran: Pablo Picasso, Virginia Woolf, Salvador Dalí, Antonin Artaud y Cocó Chanel.


Ray es uno de los fundadores del surrealismo tras la muerte del dadaísmo (Como bien se encarga Tristán Tzara de manifestarlo en Zúrich), y es protagonista en la primera exposición surrealista en la galería Pierre de París en 1925.

Como todo judío que arranca para otra guerra, en 1940 se instala en Hollywood, escapando de la ocupación nazi de París, regresando a Francia once años después. Durante su estancia en California se dedica a la pedagogía.

La multiplicidad de formatos y dinámicas que confluyen en la prolífica obra de Man Ray se resiste a la taxativa perspectiva moderna. Además de la fotografía se entrelaza el cine, collages, dibujos, grabados, artefactos, diseño publicitario y moda. La provocación a través del desconcierto y el erotismo fueron cimientos esenciales de este pionero del Dadá y el Surrealismo, donde la irrupción de lo irreal asechaba en cada imagen.

“La búsqueda de la libertad y el placer; eso ocupa todo mi arte”, reconocerá Ray años más tarde. “Despreocupado, pero no indiferente”, rezará la lápida que su mujer levantó diez años después de su muerte.

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