
Del alemán Fotoarte. Esta exposición que se presenta en el Museo de Arte Contemporáneo hasta el 17 de Junio, reúne obras de 9 fotógrafos alemanes generadas entre 1969 y 1993, para armar pequeñas retrospectivas de cada uno. Fue Organizada por el Instituto alemán IFA (Instituto para las Relaciones con el Extranjero) y auspiciada por el Goethe Institute. La exposición da cuenta de diferentes experimentaciones en obras que reflejan técnica, composición y montaje para crear su arte. Si bien muchos de los artistas no son contemporáneos entre si, cada uno posee una destreza que provoca la imaginación del espectador, y hace que se lo muestre novedoso. La diferencia técnica de producir una composición artística instala un debate sobre el valor documental de la fotografía y su relación directa o indirecta, con lo real.
Algunos exponentes
Algunos exponentes
Dieter Appelt
Este artista muestra una suerte de irrealidad en sus obras. Algunas, que no contienen elementos figurativos, muestran elementos que pocas veces se reconocen, creando una atmósfera de materialidad industrial imaginaria, dura y pesada, incluyendo en ella sugerencias de movimiento. Este tipo de vibración lo realiza magistralmente el artista quien buscando el balance en el montaje logra una palpitación del objeto que podría incluso (irrealmente) estar vivo.
Este artista muestra una suerte de irrealidad en sus obras. Algunas, que no contienen elementos figurativos, muestran elementos que pocas veces se reconocen, creando una atmósfera de materialidad industrial imaginaria, dura y pesada, incluyendo en ella sugerencias de movimiento. Este tipo de vibración lo realiza magistralmente el artista quien buscando el balance en el montaje logra una palpitación del objeto que podría incluso (irrealmente) estar vivo.
En otra serie, Appelt nos muestra manos y rostros que aluden a la tortura. Una cara desolada, moribunda con la piel quebrada por arcilla penetrada por fieros y otros instrumentos que forman una atmósfera fúnebre. La serie de fotos en que el autor aprovecha los primeros planos de las manos, haciendo especial foco en los pliegues y sombras formando secuencias que hacen de estas protagonistas y traductoras de sentimientos de decaimiento. La muestra entera de este autor responde a una calificación de “escultura fotográfica” que prueba muy bien que el dilema de la estaticidad de la fotografía no radica en la inmovilidad ya que esta no es en ningún caso inerte. Es interesante ver como el artista revela a los elementos no figurativos más vivos que los propios hombres y elementos humanos. Una contradicción parte de forma parte de la prerrogativa del autor. Nacido en Niemegk, Brandenburgo en 1935. Posee estudios de Fotografía Experimental en la Escuela Superior de Artes Plásticas Berlín con Heinz Hajek-Halke. Desde 1982, es profesor de Fotografía, Cine y Vídeo en la Escuela Superior de Artes en Berlín.
Anna y Bernhard Blume
Este matrimonio de artistas se enfoca en el montaje fotográfico para realizar sus obras. El tema central es la “credibilidad documental” de la fotografía utilizando la parodia en contraposición de la ingenuidad documental de la pintura generando una concepción sólida de la fotografía abstracta. Los personajes de su obra poseen expresiones marcadas y exageradas que aluden la metafísica ironizada de la sociedad alemana. Por medio de una serie de polaroid utilizan elementos cargados de obscuridades que envuelven a los personajes en ambientes un tanto cinematográficos configurando un espacio ilusionista.
Este matrimonio de artistas se enfoca en el montaje fotográfico para realizar sus obras. El tema central es la “credibilidad documental” de la fotografía utilizando la parodia en contraposición de la ingenuidad documental de la pintura generando una concepción sólida de la fotografía abstracta. Los personajes de su obra poseen expresiones marcadas y exageradas que aluden la metafísica ironizada de la sociedad alemana. Por medio de una serie de polaroid utilizan elementos cargados de obscuridades que envuelven a los personajes en ambientes un tanto cinematográficos configurando un espacio ilusionista.
Anna nació en 1937 en Bork, Westfalia y estudió en la Academia de Arte de Düsseldorf. Bernhard nació en el mismo año, en la ciudad de Dortmund, Rhenania. Desde 1987, es profesor de arte libre aplicada en la Escuela Superior de Artes Plásticas en Hamburgo.
Donde: MAC Parque Forestal.
Dirección: Parque Forestal S/N, Metro Estación Bellas Artes.
Cuanto: $600 adultos $400 3ª edad y estudiantes
Estudiantes U. de Chile gratis
Horario: Martes a sábado de 11:00 a 19:00 hrs.
Domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Del 03 de mayo de 2007 al 17 de junio
Estudiantes U. de Chile gratis
Horario: Martes a sábado de 11:00 a 19:00 hrs.
Domingo de 11:00 a 18:00 hrs.
Del 03 de mayo de 2007 al 17 de junio
Contacto: mac@uchile.cl
Teléfonos: (56 - 2) 977 1741 - 977 1746 - 977 1755
www.mac.uchile.cl
Visitas guiadas: guiasmac@uchile.cl
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Precisiones de lente alemana
Bottom of Form
La muestra Fotoarte es una selección caprichosa y muy potente de ocho artistas alemanes, curada por Wulf Herzogenrath, organizada por el instituto alemán IFA (Instituto para las Relaciones con el Extranjero), con el auspicio local del Goethe- Institut Santiago y se exhibe en el Museo de Arte Contemporaneo.
Se trata de un conjunto heterogéneo de autores, que incluye fotografías visualmente impactantes, fechadas entre 1969 y 1993, donde cada artista está representado por una breve antología de trabajos: Dieter Appelt (1935), Anna y Bernhard Blume (nacidos ambos en 1937), Thomas Florschuetz (1957), Jürgen Klauke (1943), Astrid Klein (1951), Sigmar Polke (1941), Klaus Rinke (1939) y Katharina Sieverding (1944).
El montaje de la muestra es contundente como las imágenes, salta al ojo, se impone. Fotoarte no intenta ser un panorama general de la fotografía alemana de las últimas décadas, sino un recorte puntual, preciso, que según el curador, como se presentan “grupos de obras cerrados en sí mismos y con diferentes puntos de vista y posturas, fue necesario limitarse a extractos de la obra de algunos pocos artistas, que entendieron a lo largo de muchos años, generalmente décadas, a la fotografía como medio central de su trabajo artístico o la emplearon en igualdad de condiciones junto a otras formas de expresión artística –pintura, dibujo, performance–”.
En este sentido, dentro de la multiplicidad de orígenes, prácticas y sentidos que cada uno de los seleccionados le da a la fotografía, se advierte en común no sólo la contundencia de las imágenes, sino también la violencia simbólica (como reflexión y como puesta en escena), así como la determinación de lo que se elige mostrar, la teatralidad, la experimentación técnica y el dramatismo, junto con un innegable carácter compositivo de naturaleza pictórica.
El período elegido (1969-1993) coincide con el ascenso vertiginoso de la participación de la fotografía en las bienales y demás exposiciones internacionales, así como muestras monográficas, colecciones y galerías especializadas, concursos, etc., en todo el mundo. Tal protagonismo se corresponde con una consideración y una valoración especial de la fotografía como arte, con la consiguiente producción crítica y teórica.
En la selección se establecen de entrada cuatro límites conceptuales y prácticas alrededor de la fotografía, que la fotografía “artística”, en su infinita voracidad y avance, absorbió tempranamente a lo largo del siglo veinte, hasta llegar a una interdependencia entre lo artístico y las demás prácticas no artísticas. Estas zonas de la fotografía (en tensión y retroalimentación) son la fotografía no profesional, el fotoperiodismo, la publicidad y la fotografía utilitaria y técnica.

Otra zona límite –la del fotoperiodismo y su coqueteo con la fotografía de autor– también generó un diálogo fecundo con la fotografía artística (en perpetua definición). La fotografía publicitaria y de modas constituyó una compañera de ruta desde los años veinte, a través de las vanguardias, la propaganda política y la fusión conceptual que supuso el arte pop alrededor de su apología y al mismo tiempo crítica del mercado. La vertiente utilitaria y técnica de la fotografía también se fue acercando a la avenida de la foto artística a partir de las experiencias de la Bauhaus.
Por supuesto que detrás de todas estas zonas en tensión y complementación siempre está presente el debate sobre el valor documental de la fotografía y su relación directa o indirecta con lo real, así como sus disputas y tensiones particulares con la pintura. En este punto el carácter pictórico de la selección de fotos de este grupo de artistas alemanes resulta evidente. Y por otra parte también se ve claramente la constante ampliación del campo fotográfico, que todo lo subsume.
Surge entonces la relación entre la fotografía artística y el mercado, que algunos señalan como inevitable, al punto que las discusiones sobre el carácter artístico de la fotografía comenzaron cuando el mercado del arte y el coleccionismo pusieron su ojo en la fotografía.
Para describir brevemente cada uno de los conjuntos fotográficos se puede decir que los trabajos de Dieter Appelt lucen como esculturas fotográficas, entre arcaicas y rituales, donde hombre y objeto (a veces de manera alternada, a veces simultáneamente) son los ejes de la imagen.
En las fotos de Anna y Bernhard Blume, los autores se fotografían en relación directa y dinámica con objetos cotidianos o de la naturaleza. Las posiciones forzadas y la tensión entre los cuerpos resultan evidentes y violentas. Un collage fotográfico de polaroids resulta una síntesis entre pintura, publicidad y fotografía.
Las obras de Thomas Florschuetz siempre exhiben partes y secciones del cuerpo con una particular extrañeza. Desde incómodos retratos hasta manos, dedos, ojos en fotografías de gran formato sumamente impactantes. Se destaca también el trabajo con el color.
Las fotos de Jürgen Klauke por momentos recuerdan a los comienzos de la fotografía, en sus encuadres, artificios, teatralizaciones, posturas. En sus obras se puede hablar de performances fotográficas donde el actor suele ser el propio fotógrafo. Aquí se reflexiona sobre las relaciones humanas y con el entorno. Hay notorios contrastes de luz y sombra, lo que vuelve más teatral cada secuencia.

El célebre pintor y dibujante Sigmar Polke también ha utilizado siempre la fotografía y el cine como medios y prácticas. En su producción fotográfica hay una productiva contaminación entre lenguajes visuales y una cita de la historia de las vanguardias (dadaísmo, surrealismo, arte pop...). La propia pintura constituye –desde su materialidad– una cita en sus fotografías.
En el caso de Klaus Rinke, sus fotos, al mismo tiempo que se constituyen como obras independientes, documentan una acción artística que muchas veces es realizada para ser fotografiada. Se trata de acciones simples, poéticas, como sumergirse en un barril de agua y fotografiar el instante en que su cuerpo desplaza el agua del barril y ésta se vuelca. En su obra hay una continua reflexión alrededor de la relación entre el cuerpo y el entorno, el espacio y el tiempo.
Fuente: Fabián Lebenglik. Página 12
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